Nací y crecí en Norrköping , pero también pasé parte de mi infancia en Södermalm, Estocolmo . De ahí viene uno de mis primeros recuerdos de dulces suecos .
A principios de los 90, las calles tenían parquímetros, muy diferentes de los sistemas actuales basados en aplicaciones. Estos parquímetros tenían ranuras para monedas de 1 corona sueca, 5 coronas suecas y la nueva moneda de 10 coronas suecas , que era dorada y un niño sentía como un tesoro. Imaginen la bolsa de Pippi Calzaslargas llena de monedas de oro ; así me sentía cada vez que veía uno de esos nuevos billetes de diez.
Los parquímetros también tenían una bandeja para devolver monedas, y enseguida aprendí que si una moneda no caía correctamente, podía salir por ahí. Pronto, estaba tocando las máquinas, curioso por ver si había monedas en la bandeja. Para mi sorpresa, encontré una moneda de 5 coronas suecas en una de ellas. Unas manzanas más adelante, otro parquímetro hizo un ruido que nunca había oído: parecía el de cubiertos derramándose suavemente sobre un mostrador. Abrí la bandeja y me quedé atónito: ¡las monedas caían a raudales , decenas por todas partes! Probablemente cogí veinte monedas de 10 coronas suecas , que eran 200 coronas suecas , una suma enorme para un niño en aquel entonces. Mi emoción fue como ganar la lotería.
Con los bolsillos llenos y llenos de monedas, corrí al quiosco de dulces local. Normalmente, solo había dulces los sábados, ¡pero ahora podía comprar muchísimos! El dependiente me mostró diferentes frascos de dulces, metiéndolos en una bolsa de papel de colores. A diferencia de los dulces a granel de hoy, cada frasco tenía tapa, y el personal usaba pinzas para llenar la bolsa.
Elegí mis dulces favoritos y llevé la bolsa a un parque infantil cercano, comprobando cuidadosamente que no se hubiera caído nada. Tomé un caramelo relleno de polvo ácido . El primer bocado me hizo fruncir el ceño, seguido de un sabor increíblemente dulce que se derritió en mi boca. ¿La sensación? Pura alegría y felicidad .
En retrospectiva, esta de mis primeras experiencias con dulces no se trató solo de los dulces; fue un momento de descubrimiento, libertad y felicidad. Es increíble cómo un simple momento con dulces suecos puede dejar un recuerdo imborrable.
¿Y tú, tienes algún recuerdo de tu infancia que te haga sonreír? 🍭 ¡Comparte tus momentos más dulces con nosotros!